Con sus 153 centímetros de altura su apariencia general podría describirse como infantil, pues pese a que ya tenga una edad en la que las curvas femeninas comienzan a marcarse y el rostro a afilarse, en este caso la evolución parece haberse quedado en una etapa más cercana a la niñez. Su cuerpo es delgado aunque saludable, es decir, ni le faltan ni sobran kilos.

Pese pasar horas al sol su piel siempre se muestra del mismo tono níveo, raras veces llega a tostarse y mucho menos quemarse, además está dotada de un tacto suave y sin ninguna imperfección. Sus caderas y vientre no se han desarrollado lo suficiente como para curvarse demasiado y sus pechos son casi inexistentes. Todo esto ayuda a que sea algo común que otras personas piensen erróneamente que es más joven de lo que es realmente.

Su rostro es redondo y de facciones suaves, boca pequeña que rara vez muestra una sonrisa, nariz pequeña y respingona y ojos grandes de tonalidad azul claro que suelen parecer distraídos o tristes, independientemente de su estado anímico. Su cabello tiene como límite el final de sus caderas, normalmente lo lleva suelto y algo despeinado, es de tonalidad blanquecina con una leve coloración azul que se hace notar dependiendo de la luz. ▼

Imágenes
I - II - III - IV

La tranquilidad y paciencia son los rasgos que más destacan de esta joven de aspecto infantil, pese a disfrutar de la compañía de otras personas y poder seguir conversaciones sin cuestionar el aspecto o imagen inicial que puedan dar otros, a veces su timidez le juega malas pasadas. No sabe cómo iniciar conversaciones y mucho menos con desconocidos, lo que puede dar una idea equivocada de aparente indiferencia o incluso malestar ante posibles nuevas amistades, aun así siempre trata de responder con simpatía y educación incluso a los comentarios más crueles que puedan ser dirigidos hacia ella, pues cree que todo el mundo merece respeto. Tiene un gran corazón y siempre intenta ayudar a aquellos que lo necesitan, incluso cuando estos no se lo piden.

Aunque cree que actuar en base a la razón es algo que siempre se debe tener en cuenta, suele dejarse llevar inevitablemente por los sentimientos, provocando que tome afecto a otros quizás con demasiada rapidez. Disfruta de la compañía de la gente que considera cercana y no duda hacer cualquier cosa para que estos sean felices, lo que hace que pueda terminar pecando de inocencia, pues no es raro que acceda inconscientemente a que se aprovechen de su amabilidad. Pese a tener un alma tan cándida también es firme en sus decisiones, y aunque no actuará con ira o desprecio no dudará en tener mano firme si se incumple la ley u observa algún acto malévolo.

Entre sus pasiones se encuentra todo lo que tenga relación con el agua, le encanta el contacto con este líquido y puede llegar a pasarse horas observándolo. Debido a esto uno de sus mayores sueños es el poder cumplir con su trabajo en alta mar, siempre subida en alguna embarcación y disfrutar de todos los misterios que el océano pueda ofrecerle.

Como una de tantas historias esta comienza con el tan conocido y sufrido amor, donde una pareja de cada punta del planeta se conoció, esperó y desesperó a casa segundo en que la ausencia se hacía más presente.

Pero es mejor comenzar por donde toca, el inicio.

Lyrae era una muchacha jovial y llena de sueños, amante de las olas y el sol pero atrapada en un pueblo donde la nieve nunca desaparecía del todo y las montañas ocultaban cualquier atisbo del líquido que forma el mar. Era impaciente, quería salir de allí e ir a algún lugar donde las nubes no ocultasen el sol, pero no tenía la edad suficiente y sus padres no iban a permitir una separación así solo por el capricho de su hija, pero en cualquier caso eso no evitaba que la joven imaginase situaciones en las que se alejaba de allí y descansaba horas y horas en la arena de la playa, mecida por la suave brisa que siempre imaginaba que acompañaba a las mareas…

Y quizás, como si un hada madrina hubiese concedido su deseo, uno de aquellos días llegó un muchacho de tez curtida por el sol, lleno de tatuajes tribales y músculos marcados, sin duda diferente a todos los habitantes de aquel pueblo perdido en la nieve. Lyrae, como cabía esperar, no era capaz de apartar la mirada de él, incluso llegando al extremo de seguirle a escondidas guiada por su imparable imaginación, que no dejaba de crear ilusiones de posibles razones de su estadía allí o incluso de su proveniencia.

No fue raro pues que este joven terminase por percatarse de su presencia, y quizás también movido por un quisquilloso destino terminaron trabando amistad, cada vez más interesados en el uno y el otro con la excusa de la diferencia entre sus culturas.

Al parecer que aquel joven se encontrase allí tenía que ver con alguna clase de prueba que aquella chica no llegaba a entender, pero que sabía que era limitada en el tiempo. Por tanto, tras terminar el gélido invierno, compartir momentos íntimos y  jurarse amor eterno el príncipe azul de esta historia se marchó.

La mente de Lyrae comenzó a viajar con aun más frecuencia a aquellos paraísos tropicales que el joven de piel morena le había descrito, disfrutando de la calidez del sol, las olas y el ambiente marítimo… Pero pasados cuatro años y solo en contacto mediante cartas que siempre tardaban en llegar, el corazón de la chica fue marchitándose, no por la desaparición de aquella pasión inicial que tan común era en los jóvenes, si no por el daño que le producía pensar que nunca volverían a volverse a ver.

Pero una vez más la vida le otorgó un atisbo de esperanza.

El mismo día que cumplió los veinte años recibió una carta donde aquel muchacho hablaba sobre su llegada a un lugar llamado Seaside Port, y cansada de esperar, decidió que utilizaría aquella información para alejarse de la nieve que para ella era como una cárcel e ir en busca de la persona que aun hacía latir su corazón con fuerza. Se despidió de todo lo conocido y marchó a un destino totalmente incierto.

Y por fortuna llegó a su destino.
Tal y como había imaginado el sol iluminaba y calentaba cada rincón de aquella ciudad, el mar acompañaba con su melodía y la brisa mecía sus cabellos níveos, era el paraíso… Pero el vacío que sentía no se llenó solo por aquellos espléndidos paisajes.

Se alojó en un motel barato pero bonito y todos los días se aproximó al puerto, esperando que entre todos aquellos turistas y barcos mercantes apareciese aquel chico que en su día la enamoró. Temía que hubiese cambiado, que no se alegrase de verla… Pero todo fueron sin duda inseguridades erróneas, uno de aquellos días, casi como si de casualidad se tratase, las miradas de ambos jóvenes se cruzaron y reconocieron.

Tras el shock inicial ambos corrieron uno junto al otro, y como en aquellos días pasados de invierno volvieron a vivir lo que para ellos era un sueño.
Estuvieron meses juntos e incluso compraron una casa en la que poder compartir su vida.

El muchacho se convirtió en hombre y la niña en mujer, y como si aquel nuevo estado anunciase una nueva etapa decidieron dar vida a un ser que haría de lazo en aquel amor eterno que se cumplía día a día. Y fue así como nació Shirayuki, bajo el abrigo de unos padres que la colmaban de cariño y amor. Aprendió a sobrevivir en la tierra por parte de su madre, mientras que su padre le inculcaba todo lo que necesitaba para vivir en el mar, ambos mundos diferentes pero emocionantes bajo aquellos ojos llenos de ilusión de la niña.

Pasaron catorce años sin que ningún suceso cambiase la calma y felicidad que estaba viviendo aquella familia, pero como toda historia esto no tardó en cambiar.

El padre de Shirayuki era marinero y se encargaba de proteger las aguas de cualquier delincuente que tratase de romper la paz que reinaba en Ysiel, y eso hacía que tuviese que estar semanas e incluso a veces meses fuera de casa. En una de aquellas misiones partió, pero nunca más volvió.

Una noche de tormenta la pequeña y aun joven Shirayuki despertó como movida por un mal presentimiento teñido de pesadilla, lo que la llevó a escapar de casa y adentrarse en la lluvia torrencial que estaba inundando las calles de Seaside Port. Llegó al puerto y observó el horizonte asustada, no por el mal sueño, sino por la sensación de vacío que le provocaba pensar que a su padre le había pasado algo. Y como si aquello no hubiese sido suficiente una ola se abalanzó contra ella, tragándola e introduciéndola en el bravo mar.

Afortunadamente y seguramente debido al instinto de madre que parece que todas las mujeres con hijos tuviesen, Lyrae no tardó en llegar al puerto, solo para encontrar a su pequeña malherida y sin aliento en las maderas que formaban el lugar, acompañada de un pequeño Piplup también desconcertado, pero que trataba de protegerla de las olas. Pese a las heridas y toda el agua tragada pudo hacer que volviese una vez más a respirar, quizás salvándola por apenas minutos.

Tras esto pasaron varios días y finalmente un miembro de la policía hizo acto de presencia en casa de los Nobuhisa, anunciando el fallecimiento del padre de Shirayuki en la tormenta. Sin duda la noticia no fue bien recibida y sin querer escuchar explicaciones del porqué o cómo ocurrió Lyrae cerró la puerta al policía. Varios miembros de la brigada marítima que formaba parte de la policía de Ysiel se acercó al entierro, algunos por admiración, otros quizás por amistad, aunque todos ellos con un semblante triste en sus rostros.

Sin embargo las dos mujeres ahora solas y tristes no tuvieron más remedio que seguir adelante, decidieron abrir una cafetería con la que poder sustentar la familia, mientras la joven Shirayuki practicaba, entrenaba y estudiaba para poder seguir los pasos de su padre, y el mismo día que cumplió los dieciséis años se alistó junto a aquel pequeño Pokémon que ayudó a que sobreviviera en aquel accidente en la tormenta.

Gustos
→ El mar y el océano, los adora.
→ La playa.
→ Conocer gente nueva.
→ Ama tener conversaciones sobre temas profundos o emocionales.
→ Le encanta la lluvia.
→ Le gusta el silencio y la calma.
→ Le gustan mucho los dulces.

→ No le gusta la primavera, porque no puede evitar estornudar a todas horas.
→ Tiene miedo a las tormentas.
→ Odia que la traten como alguien inferior o como una niña por su aspecto.
→ Le desagradan los sabores muy fuertes, amargos y picantes.
→ Es buena cocinando.
→ Es muy crítica con sus acciones, siempre intenta mejorar.
→ A veces se siente inferior a los demás debido a su apariencia frágil e infantil.
→ Su Piplup se llama Arieti.
→ Suele llevar una gorra de capitán de barco de tonalidad azabache, no por estética, si no porque perteneció a su padre.
→ Por irónico que parezca, no sabe nadar muy bien, apenas sabe mantenerse a flote.
Nombre del personaje: Hibiki
Anime/Videojuego del que proviene: Kantai Collection