personalidad

Keiji es un amante de los Pokémon en toda su extensión, los cree seres increíbles de gran poder y ve cierto disfrute y diversión en los combates Pokémon. disfruta de los combates con pocas o ninguna regla, ya que desde siempre ha sido un rebelde del mismo modo que su familia siempre lo fue, no obstante, no aprueba el dañar  personas inocentes, "mujeres de voluntad débil" o "niños indefensos" considerando esto "bajo, incluso para los criminales". A pesar de que le gustan las luchas sin reglas esto no implica que no le guste ganar en justa ley.

Al iniciar un combate lo hace con una confianza desvergonzada, tiende a tener un aire de autoridad y arrogancia, ya que con frecuencia insulta a sus enemigos por capricho, y a sus amigos, por molestarlos. A menudo piensa que cada batalla es una fiesta grande y loca, una actuación en la que se lucha con pasión.

No obstante, fuera de estas se le ve desenfado y libertino, una tanto sombrío y desconectado, algunos opinarian que incluso es algo insensible y desagradable, que no sabe cuándo callarse, llegando a trabajar muchas veces solo. Su rasgo más relevante, sin embargo, es su capacidad para vivir la vida como le viene, sin preocuparse nunca por lo que los demás piensen de él y atesorando sus propios valores personales. Mientras que otros pueden verlo como un simple joven pícaro, tiene un código de ética personal, si se le ordena ir de un modo que le llegue a desagradar irá en contra de esto, así sea de un modo sutil y astuto. También admira la valentía y, a menudo, se siente obligado a defender a los desvalidos si estos la muestran, haciendo con esto, su fachada de actor itinerante más creíble.

físico

Keiji es un joven alto, de 1.81 metros y con una figura esbelta, musculosa aunque delicada rondando los 78 kg. Su rostro es hermoso, llegando a ser considerado "Bien parecido" a pesar de su actitud imprevisible. Tiene un aspecto juvenil, con un cabello negro azulado que le cubre las orejas, así como unos ojos del mismo color con un atrevido delineado rojo, propio de los practicantes del extinto arte del Kabuki en Johto.

Por lo general se le suele ver vestido de distintas maneras ya sea por su fachada o por qué sencillamente le provocó probar cierta ropa.Su atuendo tradicional consiste en pantalones cortos y sandalias negras, y un gran sombrero con cuatro ganchos curvados hacia arriba a lo largo de la circunferencia, y lo que parece ser su máscara en el centro. Dos accesorios ornamentales cuelgan de hilos rojos unidos a la parte posterior de su sombrero. En la parte posterior de su sombrero cuelga un velo negro translúcido separado en dos, con remolinos marrones ombré cerca de la parte inferior, lleva una camisa de manga corta con una cresta de su familia así como una bolsa a cuadros morados en la espalda. Su atuendo general se asemeja a la ropa tradicional de ciudad iris.

Aparte de esto suele vestir atuendos juveniles y diversos accesorios como piercing, collares, anillos, cadenas entre otros.

gustos

•Le gusta mucho la música, suele tararear o incluso bailar solo imaginandola.

•Tiene un gusto especial por la actuación y los disfraces, aún así, no le gusta la coordinación Pokémon, pues minimizan el valor de un buen combate en pro de lo "bello" que se vea la forma, cuando esto no se puede separar nunca.

•Disfruta de la comida extremadamente picante, su preferido es el Mapo Tofu.

•Le gustan especialmente la mujeres con carácter, voluntad y valentía, aún así, es pésimo para todo el tema del coqueteo, optando por algo más sencillo: Acosar, molestar y perseguir a su víctima enamorada hasta que está oiga sus palabra y lo acepte.

disgustos

•El exceso en el acto de cometer un crimen, lo considera como un acto bajo.

•Detesta el pueblo Iris, de donde fue expulsado con su familia.

•Por extensión también odia a los Evee y los kimonos femeninos, no por ello lastimará a Evees o mujeres en Kimono, pero sí que los despreciará en silencio.

•Su actitud parece buscar la máxima atención, positiva o negativa, puesto que su mayor miedo es ser olvidado.

•La comida ácida le desagrada.

historia

"El mundo del arte y el espectáculo puede ser cruel" algunos se alzan con fama, otros caen en el olvido, otros por pequeños errores terminan siendo aplastados por el público. Todos esperan siempre tu mejor cara, tu mejor máscara aunque sea falsa, y si ésta se rompe en algún momento, si hay una única grieta en ella, serás juzgado por ella y señalado.

Esta historia comenzó incluso antes del nacimiento de Keiji, en Ciudad Iris, en una época más lejana. Por aquella época feudal mientras los estados se hallaban en guerra, el primer hombre en llamarse Maeda Keiji era conocido como un "Kabukimono", un sujeto salvaje, aunque en un sentido más romántico de la palabra, como un bandido amable, un rufián y pendenciero que solo buscaba dar un espectáculo en el que se combinara la belleza del combate y del estilo de Pokémon y entrenador.

Por mucho tiempo la escuela de artes escénicas y teatro de este joven y la de otra artista conocida como Okuni tuvieron una relación más bien de rivalidad y hermandad, siendo respetados no solo como artistas, sino también como entrenadores, aceptando el arte del otro, o al menos así fue hasta que uno de los miembros de la compañía de los Kabuki fueron acusados y atrapados de saboteando el espectáculo de las chicas Kimono. Aquello terminaría siendo una vergüenza para la compañía que nunca sería olvidada. Ellos serían apuntados por todos con sus dedos, como un grupo de seres desalmados, de poca moral y confianza.

Durante muchas generaciones posteriores todos los miembros de aquel grupo en ciudad Iris serían vistos como delincuentes de nacimiento y enseñanza, incluso se los vería como gente en la que no se podía confiar por la ciudad, parias, ladrones y deshonestos.  A pesar de esto, ellos nunca perdieron su buen humor o las ganas de actuar,  los visitantes de la ciudad eran los pocos que venían a ver el espectáculo que daban, y aunque no eran tan famosos como sus antiguas rivales y las que creían como hermanas nunca hicieron nada por ayudarlos, ellos no rendian sus tradiciones.

Es bajo este ambiente que Keiji nace, uno de abierto desprecio de la gente de su tierra por cosas más allá de su control, siendo llamando “Kabukimono” como una especie de insulto… Pero para él, no lo era. Su padre le decía que aquello, especialmente con su nombre, debía ser un motivo de júbilo. Le estaban dando el título de un hombre sin ataduras o riendas, alguien que luchaba por la belleza del arte del combate.

Keiji creció entonces teniendo como figura de admiración a aquel héroe del pasado, llegando en ocasiones a llamarse como un rufián y bandido descarado, una especie de personalidad egoísta antiheroica que hacía lo que quería. Claro está, aquello terminó trayendole sus problemas con gente mucho más grande y fuerte que él, llegando a ser perseguido por un grupo de esto hasta lo bosques que daban a la torre quemada, donde terminaria siendo acorralado golpeado y lastimado hasta la llegada de un pokemon que nunca habían visto, imponente y con mala cara… Se hallaba gravemente lastimado, con sangre bajando por su frente, por sus garras, se notaba su cansancio, pero aún así, parecía que la escena que sus ojos percibían le molestaba soltando un gruñido mientras se acercaba al grupo de atacantes.

Claro está, por aquella época nadie había recibido a su primer Pokémon, era una locura el siquiera quedarse ahí, los niños excepción de Keiji se fueron corriendo dejando al joven y al rato Pokémon gato hurón viéndose el uno al otro, este se acercó a él y juntos tomaron un respiro, un breve descanso apoyado en la espalda del otro.

La tarde pasó y el joven volvió al pueblo con aquel exótico ser cargado en brazos hasta el centro Pokémon. Donde esperaría a que fuese curado, no obstante, poco después de sanarse le avisaría que el Pokémon había huido del edificio. Con poco o nada más que hacer, Keiji seguiría su vida, recordando aún así aquel gesto del Pokémon al que luego conocería como Zangoose, un Pokémon de tipo normal bastante Arisco y un tanto salvaje.

Keiji siguió con su vida, creció, aprendió y nunca olvidó aquel gesto que tuvieron con él, tomándolo como una parte importante de sí mismo. Algo que le traería problemas durante el festival de primavera, en cual un incendio comenzaría a arrasarlo todo. El joven intentó llegar al origen de las intensas llamas, viendo allí la razón de aquello:  Aquel Zangoose nuevamente, sin embargo, está vez era debido al ataque de una camada de Houndoom.

Los Houndoom suelen ser dóciles salvo ciertos casos muy específicos, quizás, había pasado sin permiso por sus territorios o dañado a uno de la camada, fuese como fuese, y evadiendo las mortales llamas aunque con algunas quemaduras, el Pokémon no parecía rendirse. Fueron estás mismas las que habían comenzado el incendio.

En ese momento, Keiji analizó la situación, tenía claro cómo iban a terminar la situación si no intervenía, por más fuerte y terco que fuese aquel gato hurón, sabía que no podría sobrevivir a aquello, y aún si lo hiciese luego estaban los humanos… ¿Sería él capaz de dejarlo pasar por lo mismo que él?

«No»

Desconoce si fue un impulso, o quizás una manera de devolver el favor que le , pero él no podía dejar que los demás se enteraran. Si bien la culpa es más bien colateral, a él lo habían tratado mal toda una vida por nacer en una familia con un único error.

Keiji Tomó una Pokebola, y de modo inadvertido,   la lanzó en cuanto los houndoom se lanzaron a atacar a Zangoose. Haciendo que los Pokémon perros chocasen contra una estructura en llama y está callera sobre estos. La Pokebola se agitó, Una… Dos… La luz se apagó y con ella, Zangoose estaba capturado… Quizás el Pokémon estaría molesto con él, pero era la única manera de salvarlo de lo que se venía.

Cuando la turba apareció, y lo vio a Keiji no tardaron en señalarlo como el culpable. El tan solo sacó un pokebola vacía y observó a la turba molesta… Claro esta, ellos no necesitaban lógica, sino un villano, alguien en quien volcar su ira, no solo en los Houndoom, un culpable, un malvado rufian… Y él podía representar el papel, después de todo, siempre lo había sido.

—¿Le gusta mi espectáculo?—Dijo con una socarrona sonrisa mientras mostraba la palma de la mano.—Quería algo lindo para la primavera, llamas naranjas—Se encogió de hombros y miró al público mientras varios gruñidos se oían a sus espaldas.— Claro, nada ni nadie murió, me aseguré de ello, a excepción de todo el esfuerzo que habían puesto en esto… No obstante la fiesta aún no termina, espero que recuerden que esto es solo la consecuencia de tratarnos como basura a los Kabukimono, pueden incluso llamarme el intérprete máximo de "Kunikuzushi" que existe… Sin embargo, aún no termina, hora del verdadero baile~.

Con esto dicho, comenzaría a correr mientras la camada de Houndoom atacaba en dirección a los presentes y él corría. Ellos querían un villano, alguien a quien culpar, el solo había pagado una deuda, aún así, ya no había vuelta atrás. Como un fugitivo tomó un barco hacia Ysiel, viendo aquella Pokébola donde ahora estaba Zangoose con un rostro lleno de preocupación… No sabía qué haría ahora… Sin embargo, había escuchado de un grupo que le daba trabajo a cualquiera dispuesto a ser lo que sea: Team Genesis, quizás tenía más opciones, pero por qué ir en contra de la corriente… Él era un rufián, era lo que todos le habían dicho, y quizás estaba como ese nombre, atado a ser un bandido.

datos extras y pertenencias

• Es un excelente Actor, lo que lo hace perfecto como espía, infiltrado y el robo de información, además de ser un maestro del disfraz

•Es un artista nato, por lo que se le da bien toda forma y estudio del arte mismo.

•Reside en Shade City

•Kunikuzushi es su otro nombre, significa "Destructor de países"

•Parece obsesionado con revivir el Arte del Kabuki, tomando a Ysiel colo su proyecto más importante, aunque también considera que debería tener un hijo pronto para heredar sus conocimientos.

•Al ser una parte vital del Teatro Kabuki, considera la lucha una danza y una actuación donde cada persona debe dar su mejor actuación, es por esto mismo que, estando en ellos se le ve más enérgico, gritando cosas como ¡YOSHAA! o ¡YOOOOH! al mismo tiempo que abre su palma al enemigo.

•Suele cargar un kit de maquillaje y algunos instrumentos musicales, entre ellos un Shamisen.